Otro domingo con salida para realizar macrofotografía.
No ha sido muy fructífera la mañana, pero, como siempre, algo se ha podido hacer.
Ya el año pasado eché de menos muchas especies de libélulas y caballitos del diablo. Pero este año todavía no he visto ni uno.
Supongo que el caudal del río debe influir. Hace cinco, seis años, la anchura era de varios metros. Hoy puedes pasar de un lado al otro del río con un simple salto.