Sobre una colina, en lo alto de Balaguer, con el río Segre a la derecha, se alza majestuosa la iglesia parroquial de Santa María. Que da a la ciudad una silueta característica e inconfundible.
Los origenes de la iglesia de Santa María pueden situarse en el año 1189, cuando Ermengol VIII firma un documento que otorgaba unos terrenos para la construcción de una nueva iglesia al lado de la de Sant Miquel (hoy en día desaparecida). Las obras de la iglesia de Santa María no comenzaron hasta el año 1351, gracias a los donativos de 30.000 sueldos Barceloneses del rey Pere el Ceremoniós.