De lo real a lo imaginado

Historias cotidianas con las aventuras de la mente.

Autor: rolo

Frío, calor

El tiempo está loco, o lo estamos volviendo nosotros.
Pasamos de un día para otro de 3 grados a 13. Así estamos, acatarrados.

Lo mejor de hoy, ¡es jueves!
Queda menos para el fin de semana que pasará «volando». Volando voy, volando, vengo.

Este fin de semana hay reunión de usuarios de MSX (ese sistema de 8 bits de los años 80, principios de los 90). Y todavía hay gente que lo mantiene vivo creando software y hardware para estos ordenadores. Y la gran comunidad que hay detrás, está claro. Fue una gran máquina.

Hoy toca quitarse un poco de abrigo para salir a la calle.

Hoy lo he vuelto a ver

Ahí está. Esperando. Mirándome. Agazapado. Esperando. No pestañea. No se inmuta. Lo sabe. Le da igual.
Espera su momento.

Otra vez

Otro día saltado en el blog. Me da que no va a ser el único.

Me propuse hacer una entrada diaria. Pero o se me olvida o no me da tiempo. Tengo que gestionarme mejor los quehaceres diarios.
Pero son tantas cosas en tan pocas horas de la mañana, que me falta horario.
Al final tendré que crearme un calendario y seguirlo sí o sí.
Incluso he pensado en hacer la misma entrada en Castellano (Español de España) e Inglés. Así lo practico. Ya veremos.

De momento… Así se queda.

Curioso. Es la primera vez que me ocurre. El café en grano lo compramos a través de una plataforma de compras. Pido un paquete de café, me cobran un paquete, pero me llegan dos.


Otra vez, hace un par de años, compramos una cerradura inteligente para la puerta de casa. Cuando llega recogemos el paquete y ya notamos algo raro. O es una cerradura muy pequeña, o es que viene desmontada y nos toca hacer un paso a paso para montarla nosotros. Al abrirlo resulta que nos han enviado un teléfono móvil, cuyo precio era muy inferior al de la cerradura. Además, no queremos un teléfono móvil. Pues nos costó una barbaridad que el agente de turno, al teléfono, nos creyera. Al final se pudo solucionar porque, por suerte, dentro del paquete había una tarjeta regalo con un nombre y una serie de números. Pues gracias a esta tarjeta pudieron ver que ni nos había llegado nuestro paquete, y que ese teléfono móvil no era para nosotros.
Cosas que pasan.
Lo bueno de estas plataformas es que, menos esa vez, jamás me han puesto pegas a la hora de nada; ni a la hora de devolver productos con su consecuente reembolso de dinero, ni de aplicar la garantía en el producto.
Lo malo, que las tiendas de barrio están desapareciendo, por lo menos en el mío. Es una pena, pero es culpa nuestra (mía también, claro).
Es la comodidad de recibir el producto donde quieras (aún con un precio algo más elevado) y el poder devolverlo, sin preguntas, si no te convence.

Hace unos años me compré un servidor, NAS, en una conocida tienda física. Cuando lo probé me di cuenta que no cumplía los requisitos que buscaba; cuando miré las especificaciones pensaba que era suficiente, pero la realidad fue que no lo era.
Como consumidor, por ley, hay 14 días de prueba del producto. Pues yo no llegué ni a tres días. Me presento en la tienda para devolverlo y, cambiarlo por otro modelo superior, y el señor que me atiende empieza con; «Sí, sí. Estás en todo tu derecho de devolverlo. Pero claro, ahora es una putada para nosotros, porque ya no lo podemos vender como nuevo. ¡Y está nuevo! Ahora perdemos dinero». Y un etc. más de frases parecidas.
Resumiendo. Lo devolví, compré un modelo superior en la misma tienda y ya no he vuelto más. Ya es el trato recibido lo que me decidió volver, o no, a este establecimiento.

Domingo de deporte

Hoy ha tocado un poco de deporte.
Lo primero ha sido una caminata de dos horas y 14Km, no está mal.
Ha sido un recorrido pon senderos de poca inclinación que llevan de una ciudad a otra: ida y vuelta.
Este camino lo hacia, antiguamente, cuando salía correr y estaba en forma (no como ahora que estoy fondón). Había, hay, una zona que siempre me llamaba la atención. Me encontraba a hombres bien vestidos y oliendo a colonia que tiraba para atrás. Y claro, ¿quién va a pasear por el campo así…?

Pues nada, me dio por mirar por internet y resulta que es un lugar donde se practica el «cruising». No, yo tampoco sabía qué significaba. Resulta que consiste en tener sexo en lugares públicos como parques, bosques, playas, baños públicos, estaciones y lugares solitarios en general.
Ahora me explico el aparecer, entre frondosos arbustos, a dos, sobre todo, hombres bien vestidos y bien olientes… jejejejejeje

Los otros deportes que hemos practicado hoy no se pueden explicar.
O sí, pero no lo voy a hacer. 😉

Hala, se va terminando el día y toca comenzar la semana en unas horas.

Buenas noches.

¡Me ha tocado, me ha tocado!

Nunca pensé que me pasaría algo así. Siempre es a los demás.
Joder, me ha tocado la lotería: ¡un euromillón! La cantidad no la digo pero os la podéis imaginar: mucho, ¡muuuucho!

¡Buah! Ahora toca pensar como reparto un poco con la familia y a vivir.
Lo primero es cambiar el coche, que ya toca. Igual miramos una residencia nueva (lo más probable) y después a viajar, que es lo que nos gusta.
Aunque también hay que ver cómo invertimos el dinero, que se gasta.
No me acordaba de hacienda, creo que se lleva un 21%. Bueno, que se lo lleve, nos queda lo suficiente como para no hacer nada nunca más; más que vivir sin problemas y cómo queramos.

Había pensado no decir nada a nadie. Pero joder, tendré que contarlo a alguien. Jejejejeeje.

Nunca pensé que me pasaría algo así.

Mierda, ¡el despertador! Con lo a gusto que estaba yo ahora. Bueno me quedo tirado en el sofá. Por lo menos el siestorro me ha sentado bien.

Holocausto. Historia y memoria

Últimamente, hace ya unos pocos años, me ha dado por la lectura sobre la Segunda Guerra Mundial.
Ahora estoy terminando «Holocauso. Historia y memoria», de Jeremy Black. Es un ensayo sobre el genocidio y su posterior recuerdo u olvido (texto literal de la portada).
En poco más de 400 páginas relata cómo aconteció.
También me gusta mucho las biografías o autobiografías de relatos de ambas partes. Es curioso leer ambos puntos de vista tan diferentes (sabiendo la cruda realidad de los campos de exterminio y de cómo trataban a esas personas hasta la humillación y/o muerte).
Pero, ¿quién estaba más loco; Hitler o sus seguidores?
Hay un libro titulado «de Alemanes a Nazis», de Peter Fritzsche, donde se explica muy bien (aunque es un poco denso de leer) del por qué muchos Alemanes pasaron a ser nazis convencidos. Todo tiene que ver, claro, con la época social económica del momento.


Incluso hemos estado en Polonia visitando monumentos dedicados a la Segunda Guerra Mundial y al levantamiento de Varsovia (por ejemplo), o en Cracovia visitando donde estuvo el gueto Judío. Y lo más desgarrador de todo, visitando el campo de exterminio de Auschwitz y Auschwitz Birkenau. Es terrible la visita. Sobre todo después de haber leído infinidad de biografías de cómo era la «vida» (por llamar de alguna manera la forma en la que estaban estas personas) en ese lugar.
También en Varsovia estuvimos visitando antiguos cuarteles secretos de la Gestapo; ubicados en sótanos de, ahora, hoteles. Dónde se pueden ver las salas de interrogatorios que usaban, los métodos de tortura e incluso, en algunos, las mini celdas donde introducían a los reos.

Este año, si no pasa nada, toca visitar el norte de Alemanía (siempre en coche). Y uno de los destinos será visitar el campo de concentración de Sachsenhausen, en Berlín (entre otros).

También hubo una época en la que me dio por el Antiguo Egipto. En por lo que me da.

Aunque me gusta leer de todo un poco (menos ficción, aunque algún libro también ha caído).
Uno de los que más me gustan es «Dioses, tumbas y sabios», de C. W. Ceram, publicado por primera vez en 1949. Son cuatro tomos donde explica, de forma breve, el mundo Griego, el antiguo Egipto, Mesopotamia y las civilizaciones precolombinas.

También he de decir que tengo más libros electrónicos que físicos en papel. Más que nada por la comodidad que conlleva.

Ya es jueves.

Hoy como todos los jueves, desde hace poco más de tres años, toca ir de visita matinal con la mama y comer paella.
Paella que hace la mama y que es una experta haciéndolas; que vamos a decir de las comidas de las mamás del mundo.
Antes toca paseo, por toda la avenida, de frutería en frutería, mirando donde están más baratos los tomates y verduras. Es rutina de todos los jueves.
Después, a trabajar.
Ya va quedando menos para el fin de semana.
🙂

Vaya…

Me he saltado un día.
Día largo.
Hoy toca repaso de programación, Inglés, leer: me faltan horas.

🙂

¡Se acabó!

Fin de las «vacaciones» del 2024.
Mañana toca ir a trabajar.
Desde que me fui, no he tomado buenas decisiones laborales; no cumplen lo que prometen y jefes que se desentienden (te dicen una cosa y hacen otra o simplemente no hacen nada…).

Eso sí, trabajo nunca me ha faltado.
Pero uno va cayendo en, no en desidia (no sería profesional ni ético), pero sí en falta de motivación laboral cuando las expectativas creadas por promesas que nunca se cumplen se desvanecen. En las primeras etapas de un empleo se nos venden ideales de crecimiento profesional, estabilidad, o un ambiente de trabajo positivo, pero, con el tiempo, esas promesas se demuestran vacías, y es cuando la desilusión se instala. La falta de cumplimiento de esos compromisos genera una sensación de frustración y desconfianza, erosionando poco a poco la motivación. El entusiasmo inicial se convierte en resignación, pues las metas que se nos ofrecieron como alcanzables parecen cada vez más inalcanzables. Esto no solo afecta el rendimiento, sino también a la percepción personal de valía dentro de la empresa. Cuando el entorno laboral está marcado por falsas promesas, el sentido de propósito y el deseo de avanzar se desvanecen, dejando espacio para la desmotivación y la desconexión.

Mañana toca ir a trabajar.

¡Buuuuuuuffff!

Pereza de domingo…


Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies